lunes, 7 de diciembre de 2009

centro historico de morelia


EI Centro Histórico de Morelia es uno de Ios más relevantes de México, tanto por Ia trascendencia histórica que de él ha dimanado al país, como por su monumentalidad. Por ello, desde hace tiempo, se han tomado medidas proteccionistas Iegales, que a pesar de Ias falIas en su aplicación, han contribuido a Ia conservación integral de Ios monumentos en un porcentaje alto.Salvo algunas mutilaciones y aperturas de calles, sobre todo en Ias zonas aledañas a Ios antiguos conventos, ocurridas en el siglo pasado con motivo de Ias Leyes de Reforma, el Centro Histórico se ha conservado urbanísticamente muy completo. En realidad, esta área es Ia que ocupaba Ia antigua Valladolid de Ias postrimerías deI siglo XVIII, cuya traza se plasmó en el hermoso plano levantado por órdenes deI virrey don Miguel La Grua Talamanca y Branciforte, en 1794.Sobre Ia delimitación de esa primitiva área urbana, que es propiamente Ia colonial, se han emitido reglamentos y decretos protectores. Por ejemplo, el reglamento para Ia conservación deI aspecto típico y colonial de Ia ciudad de Morelia que con carácter estatal se promulgó el 18 de agosto de 1956, el Decreto Presidencial, que federalmente declara al Centro Histórico de Morelia zona de Monumentos Históricos, firmado por el presidente de Ia República, Carlos Salinas de Gortari, eI 14 de diciembre de 1990 y publicado en el Diario Oficial el día 19 del mismo mes. Finalmente Ia declaración oficial de Ia UNESCO, en cuanto a que es Patrimonio Cultural Mundial, eI 12 de diciembre de 1991.
Lo anterior hace notar el gran significado cultural que el Centro Histórico de Morelia tiene. No podemos pasar por alto que al finalizar Ia época deI virreinato, cuando entonces Valladolid era una pequeña ciudad de escasos 20,000 habitantes, tenía cuatro grandes colegios con sus respectivos, amplios y hermosos edificios, a saber: el Colegio Seminario Tridentino; el Colegio de San Nicolás; el que fue Colegio de Los Jesuítas y el Colegio de Las Rocas destinado a niñas. Asimismo, no seria exagerado decir que en el momento de Ia Independencia era, políticamente, Ia ciudad más inquieta y pensante de Ia Nueva España. Aquí ve Ia luz primera el generalísimo doctor José Maria Morelos, cuyo apellido transformado en acertada eufonía hereda como nombre Ia ciudad a partir de un decreto deI Congreso local en 1828. Tradición de inconformidades sociales vigente hasta Ia fecha que, en cierta forma, con frecuencia se manifiesta en el corazón deI Centro Histórico, para su honra y desgracia; Ia honra es Ia conciencia permanente de seguir en pie de Iucha, pero Ia desgracia es que, desde hace varias décadas, especialmente inquietudes estudiantiles o aspiraciones de justicia social, se expresan con Ias llamadas «pintas» o frases escritas indiscriminadamente sobre Ios monumentos o cualesquier edificio, lo que los perjudica y hace que causas o razones dignas de simpatía se vuelvan molestas o reprobables.

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