sábado, 31 de octubre de 2009

HABLAR Y ESCUCHAR

HABLAR Y ESCUCHAR.

Una vez que el individuo llega al planeta, la comunicación es factor determinante de las relaciones que establecerá con los demás, y lo que suceda con cada una de ellas en el mundo. La manera como sobrevivimos, la intimidad, nuestra productividad, nuestra coherencia, todo depende de nuestras habilidades para la comunicación.

La comunicación es el calibrador con el cual dos individuos miden la autoestima del otro, es la herramienta para cambiar el ¨nivel de la olla ¨. La comunicación abarca la diversidad de formas como la gente transmite información: que da y que recibe, como utiliza y como da el significado.

Los bebes no tienen concepto de sí mismos ni experiencia para enfrentar al mundo. Pero aprenden estas cosas a través de la comunicación con las personas que se hacen cargo de ellos desde su nacimiento.

En cualquier momento los individuos aportan elementos al proceso de comunicación. Entre los elementos que aportan se mencionan algunos a continuación: aportamos nuestros cuerpos, aportamos nuestros valores, aportamos nuestras expectativas del momento, aportamos nuestros órganos de los sentidos, ojos, oídos, nariz, boca y piel, los cuales nos permiten ver, escuchar, oler, gustar, tocar y ser tocados. Aportamos nuestra capacidad para hablar, palabras y voz.

Aportamos nuestra cerebro, entre otros.

Este texto habla sobre la investigación de una persona femenina sobre el tema que se está desarrollando, en la cual ella hace algunas referencias y nos sugiere que las familias practiquen el ejercicio educativo. Al compartir la actividad del espacio interior con los demás, lograrán dos cosas muy importantes: conocerán a la otra persona y también aprovecharán la comunicación para desarrollar relaciones nutricias. Ahora saben que siempre que dos personas se encuentran juntas, cada una tiene una experiencia que le afecta de una forma. Esta experiencia puede fortalecer lo esperado, ya sea positivamente o negativamente: tiene la capacidad de crear dudas sobre la valía del otro y, por tanto, originar desconfianza, o profundizar o fortalecer la valía personal. Un ejemplo podría ser: si el marido y su mujer empieza a tener encuentros estériles y sin vida, a la larga se aburrirán, lo cual les conducirá una causa real del divorcio. Cualquier cosa emocionante, o aun peligrosa, es preferible al aburrimiento.

La comunicación es el factor individual más importante que afecta la salud y las relaciones de una persona con los demás.

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